Hace ya unos años que entró en vigor el Plan Bolonia en el marco europeo de educación, y las críticas, lejos de cesar, parece que han ido en aumento. La reforma planteaba tres objetivos principales a los que dirigirse para mejorar la enseñanza universitaria europea:
- Calidad
- Diversidad
- Competitividad.
Ha pasado tiempo más que suficiente para comenzar a obtener conclusiones, y los objetivos mencionados parecen todavía más utópicos que hace cinco años.